Estrategias nutricionales para el manejo de complicaciones por linfadenectomia en cáncer de endometrio / Zully Hernández Castillo
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Biblioteca José Luis Bobadilla | Colección de Tesis | TES H557e 2023 (Navegar estantería(Abre debajo)) | Ej. 1 | Disponible | 056457 |
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Proyecto de titulación (Maestría en Nutrición Clínica) -- Escuela de Salud Pública de México. INSP, 2023
El cáncer de endometrio (CE) es una neoplasia maligna del revestimiento epitelial
interno del útero; en 2020 se reporta una incidencia del 4.5% a nível mundial y una
prevalencia del 5.5%, dónde el 31.1% de los casos se atribuyen a la presencia de
obesidad. En México se reporta una incidencia del 5.2% y mortalidad del 1.7% en
el 2020.
El carcinoma de endometrio se puede dividir ampliamente en dos tipos:
endometrioide, que afecta aproximadamente al 80 % de las pacientes, y no
endometrioide, que afecta aproximadamente al 20 % de las pacientes. El aumento
del riesgo de cáncer de endometrio se asocia con mayor edad, ciertas etnias, un
índice de masa corporal (IMC) alto, exposición a estrógenos endógenos o
exógenos, uso de tamoxifeno, menarca temprana, menopausia tardía, paridad más
baja, síndrome metabólico, antecedentes familiares y predisposición genética. Por
el contrario, un menor riesgo de CE se asocia con un IMC normal, una mayor
paridad, el uso de anticonceptivos orales y un patrón de alimentación saludable.
La cirugía es el pilar del tratamiento inicial del cáncer de endometrio y la
estadificación se basa en la evaluación anatomopatológica después de la cirugía.
La histerectomía total con extirpación del útero y el cuello uterino, junto con
salpingooforectomía bilateral (BSO), es estándar. Así mismo, se recomienda la
evaluación de los ganglios linfáticos y la extirpación de los mismos de apariencia
sospechosa, éste proceso es conocido como Linfadenectomía. La linfadenectomía
se puede realizar con fines de diagnóstico y como medida terapéutica para eliminar
la metástasis en los ganglios linfáticos; el estado de los ganglios linfáticos sigue
siendo uno de los factores pronósticos más importantes en pacientes con cáncer de
endometrio. Los beneficios de la linfadenectomía se discuten de forma
controversial, dónde se sugiere atención a las complicaciones del procedimiento.
Las complicaciones más frecuentes son el sangrado intraoperatorio, la lesión de
órganos vecinos, el linfedema de miembros inferiores, los quistes linfáticos
posoperatorios y en menor frecuencia ascitis quilosa con un rango del 0 – 4% de
aparición.
El efecto de dichas complicaciones en el estado nutricio son de relevancia clínica
dado el efecto propio postquirúrgico en la respuesta metabólica al estrés y los
efectos ocasionados por el cáncer en el organismo como el incremento en el gasto
energético basal, incremento de estados inflamatorioas y la alteración en ciclos
metabólicos, pudiendo resultar en balances energéticos negativos comprometiéndo
el estado nutricio.
El soporte nutricional integral postquirurgico no se ha integrado de manera efectiva
en la atención habitual de los pacientes oncológicos que se someten a cirugía, y se
pasa por alto la evaluación nutricional, se ha documentado la disminución de
complicaciones en cirugías ginecológicas asociadas a apoyo nutricional
postquirúrgico de manera temprana.
Dado que la inflamación sistémica se asocia con una alteración del recambio de
proteínas, una pérdida de grasa y masa muscular y un aumento en la producción
de proteínas de fase aguda, el abordaje busca incorporar una ingesta de proteínas
por encima de 1 g/kg/día hasta 1.5 g/kg/día y un aporte energético de 30 kcal/kg/día,
así como un consumo de vitaminas y minerales que cubra la ingesta diaria
recomendada. En el contexto de complicaciones por linfadenectomías se enfoca en
mantener una dieta saludable, específicamente para ascitis quilosa es crucual la
incorporación de triglicéridos de cadena media, ya que el consumo elevado de
triglicéridos de cadena larga estimula la producción de quilo, incrementando el gasto
de contenido quiloso.
Se presenta el caso de una paciente femenina de 57 años con diagnóstico de cáncer
de endometrio, tipo endometroide IIIC1 G2, sometida a histerectomía total
abdominal con linfadenectomía bilateral, presentando ascitis quilosa secundaria a
la linfadenectomía, tratada en el Hospital General de México. A la evaluacón
nutricional se detecta la presencia de obesidad, distensión abdominal y gasto
quiloso por drenaje tipo pen rose desde cavidad abdominal con gastos mayores a
1000 mL en 24 horas. A la evaluación dietética se detecta patrón de dieta habitual
poco saludable con alto consumo de lípidos (16g arriba de la recomendación para
población mexicana) con predominio de grasas saturadas > 10% de lo
recomendado, más un bajo consumo de verduras y alto consumo de alimentos
ultraprocesados y comidas fuera de casa; se inicia tratamiento nutricional con una
dieta baja en lípidos (10% del valor energético total), y con un aporte de triglicéridos
de cadena media como fuente de lípidos de 13.8g. Se encontró como problema
nutricio principal la ingestión excesiva de lípidos, asociada a falta de conocimientos
relacionados con la nutrición y alimentación en ascitis quilosa, evidenciado por
ingesta de lípidos 26% mayor del valor energético recomendable para adultos y un
gasto quiloso de 900ml en 24 horas. Se inicia manejo nutricional con dieta de 1900
kcal, 95g de proteína y 20g de lípidos provenientes de triglicéridos de cadena media
en fórmula semielemental hiperproteica con el objetivo de contribuir a la mejora en
la utilización de nutrimentos y disminuir la producción y el flujo de la linfa.
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