Terapia médico-nutricia en pacientes con enfermedades pulmonares intersticiales candidatos a trasplante pulmonar / Maria Jose Calva Corona

Proyecto de titulación ( Maestría en Nutrición Clínica) -- Escuela de Salud Pública de México. INSP, 2023

Las enfermedades pulmonares intersticiales difusas (EPID) son un grupo heterogéneo de
enfermedades crónicas que se caracterizan por el engrosamiento del intersticio pulmonar y/o
fibrosis que se presenta de manera progresiva. Esto provoca una alteración en el intercambio
gaseoso y por consecuente falla respiratoria, aumentando la mortalidad. A pesar de los avances
en el tratamiento farmacológico, el pronóstico para este tipo de pacientes sigue siendo
desfavorable.
El único tratamiento considerado como efectivo en este tipo de enfermedades terminales es el
trasplante pulmonar. Este es considerado como una opción de tratamiento que se utiliza de
manera más frecuente en las EPID. De acuerdo con datos del 2019, a nivel mundial se han
reportado más de 4500 trasplantes de pulmón, de los cuales el 35% se han llevado a cabo para
el tratamiento de esta enfermedad. Debido a la trascendencia que supone el trasplante de
pulmón, el objetivo del protocolo es maximizar el pronóstico de supervivencia de los candidatos
al mismo.
El estado nutricional de pacientes con enfermedades respiratorias suele estar comprometido por
una marcada pérdida de peso y de masa muscular. La sintomatología más frecuente como
disnea y tos; así como síntomas no respiratorios como depresión, ansiedad y fatiga, son factores
que contribuyen a que se presente una ingesta energética subóptima y un incremento en los
requerimientos metabólicos. (8) El estado hipermetabólico que presentan la mayoría de estos
pacientes está directamente relacionado con desajustes metabólicos y mayor demanda en el
trabajo de la respiración. Los pacientes candidatos a trasplantes presentan un alto riesgo de
desnutrición debido a la severidad de la enfermedad, dando como resultado una disminución de
la masa muscular de manera generalizada. La identificación de factores potencialmente
modificables como lo es la desnutrición ayuda a compensar parte de la morbilidad y mortalidad
asociadas con el trasplante.
La evaluación del estado nutricional juega un papel fundamental para mejorar la calidad de vida
y el pronóstico en los pacientes candidatos al trasplante pulmonar. El proceso de atención nutricia
debe llevarse a cabo de acuerdo con lo propuesto por la Academia de Nutrición y Dietética
(AND).(11) Iniciando con la evaluación nutricional se deben recabar e interpretar los datos
antropométricos, bioquímicos, clínicos y dietéticos. Para realizar la evaluación de composición
corporal se recomienda realizar una bioimpedancia eléctrica o una densitometría ósea
(DEXA) obteniendo de estas una aproximación precisa de la masa libre de grasa. Las
mediciones antropométricas por obtener son el peso, talla, circunferencia de brazo y pantorrilla,
así como la fuerza de agarre; es importante determinar el porcentaje de pérdida de peso y realizar
una evaluación física enfocada en la nutrición, para la detección oportuna de signos de
deficiencias nutricionales. En la evaluación bioquímica se debe recabar niveles séricos de
proteína, albúmina, colesterol, niveles de vitamina D, glucosa e indicadores del estado
inflamatorio. En los marcadores clínicos es importante recabar antecedentes patológicos y no
patológicos, evaluación de signos y síntomas y las interacciones fármaco-nutrimento. En cuanto
a la evaluación dietética es importante conocer el consumo energético de macronutrimentos, así
como recabar datos de la calidad de la dieta y el patrón de alimentación, esto puede obtenerse
mediante distintas herramientas como es la dieta habitual y/o frecuencia de consumo de
alimentos.
La evaluación del estilo de vida y actividad física es un indicador importante que influye en la
funcionalidad y la preservación de la masa muscular.
El objetivo nutricional en este tipo de pacientes es brindar la energía y proteína necesaria para
cubrir las necesidades nutrimentales. La intervención nutricional debe estar enfocada en reducir
el riesgo de desnutrición y disminuir la pérdida de masa muscular ocasionada por la misma
enfermedad. Se brindará un patrón de alimentación saludable, con un incremento de la ingesta
energética de manera agresiva,(12) así como un aumento en la ingesta de proteína, incluyendo
alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados, y lograr cubrir el requerimiento de ciertas
vitaminas (A, B6, B9, B12, C, D y E).